En él, señala que la pandemia generada por el covid – 19 expuso una situación de crisis que se arrastró en los últimos 4 años, los cuales fueron muy malos para la producción y venta de libros. Pacho sustenta sus afirmaciones a través de los datos estadísticos provistos por la Cámara Argentina del Libro (CAL). Ésta señala que durante 2014 la producción de libros llegó a 130 millones de ejemplares, alcanzando el pico máximo en las últimas décadas. En tanto en 2019 la cifra cayó a tan solo 30 millones.

Pacho afirma que esto se debe a la crisis económica que afronta el país y la caída en el poder adquisitivo de las personas en los últimos años. Sumado a “ello que en la anterior administración nacional el Estado fue marginando de las políticas públicas el fomento a la lectura y las compras de material bibliográfico”.

Para evitar el cierre, las editoriales intentan ingresar al ATP y muchas exploran cómo aprovechar lo que las nuevas tecnologías y los canales de comunicación en auge, como lo pueden ser las redes sociales, ofrecen.

Lo mismo ocurre con los que eligen constituirse como cooperativas. En torno a esto afirma que  “Ya no se trata apenas de alguna antigua excepción. Hoy también existen jóvenes profesionales que optan organizarse en forma colectiva, no solo por tener una figura jurídica sino como una manera de encarar los procesos productivos y creativos.”

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